Ahogado de la risa

AutorPez Globo

Los chistes de hoy van dedicados a todos los que se quedaron para vestir santos:

Una solterona de 50 años está sentada en una mecedora acariciando a su gordo y perezoso gato, cuando se le presenta su hada madrina y le ofrece tres deseos.

-Quiero ser muy rica-, pide la mujer.

-Concedido-, dice el hada y le llena su casa de oro.

-Quiero ser, otra vez, aquella bella señorita que fui.

-Concedido-, y rejuvenece por arte de la magia.

-Quiero que mi gato se convierta en un príncipe azul.

Y un joven musculoso, de facciones perfectas y ojos azules, le acaricia la frente y le dice al oído:

-Seguro que ahora te vas a arrepentir de haberme castrado.

Dos señoritas quedadas fueron a un museo de arte y acordaron separarse para hacer el recorrido cada uno por su cuenta y encontrarse al final.

Cuando se reunieron después de la visita, la primera señorita dice con escándalo:

-¿Cómo pueden tener aquí esa estatua griega de mármol, de un hombre completamente desnudo y, sobre todo, mostrando su miembro tan grande?

La otra contesta:

-Deja lo grande, lo frío.

Una vieja solterona consulta a un abogado para hacer su testamento. El abogado hace las preguntas de rutina:

-¿Cuáles son sus propiedades y cómo desea distribuirlas en el testamento?

-Aparte de los muebles, tengo una cuenta de ahorros con 50 mil dólares.

-¿Y qué piensa hacer con el dinero?

-Bueno, yo tuve una vida muy solitaria. La gente del barrio no saben ni quién soy yo. Me gustaría apartar 45 mil para el funeral.

-Muy bien, pero, dígame, ¿qué piensa hacer con los otros 5 mil?

-Pues como nunca me he acostado con un hombre, quiero usar el resto del dinero conseguir a alguien que se acueste conmigo. ¿Usted cree que me pueda ayudar?

Esa noche, cuando el...

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