Ivaginaria / Esclavas de la belleza

AutorElia Martínez-Rodarte

Habitamos en un mundo en el cual un culo bueno y un par de senos bien plantados, reales o fabricados, son muy valorados. Desde que el macho es tal y la fémina acata, se tasa a las mujeres como un trozo de nalga, y muchas de ellas producen y alteran sus cuerpos para gustar a los individuos, sea para trabajar, enamorar, follar o vender fornicio. Nunca he escuchado a ninguna que diga que ha alterado su cuerpo para darse gusto a ella misma. Y en el caso de quienes necesitan un cuerpo adaptado para follar, sea lo que eso signifique, y para ser un vaciadero seminal, hay que esforzarse en estar buena, porque si no, no hay jale. El trabajo sexual existe porque hay una demanda del mismo. Es una realidad, ni siquiera aplicando un juicio.

La semana pasada sobresalió en las noticias la información sobre un tipo chino que demandó a su hermosa mujer, porque le había dado tres hijos en extremo feos. El esposo alega que ella es muy hermosa, y no entiende porqué le salieron las criaturas poco agraciadas: el inepto no sabía del pasado de su cónyuge. Luego saltó la neta: ella era una mujer no bonita para los estándares de lo "bello", por eso se realizó operaciones estéticas que le costaron más de 100 mil dólares. Necesitaba ponerse guapa para conseguir un tipo con quién amachinarse... Él demando a la señora por haberlo engañado, por darle hij@s feos y ganó la querella. Todo por el canon de la belleza. Exponer, juzgar y menospreciar a sus hij@s por un asunto tan superficial y estúpido, alguna vez le reventará en el tafanario al tipo. Sólo hay que esperar a la perra kármica...

La semana pasada en ese desfile de chuletas llamado Miss Universo ganó una mujer venezolana, Gabriela Isler, quien se convirtió en la séptima ganadora de la corona mundial compitiendo con otras 85 participantes en un evento realizado en Rusia.

Venezuela es un país que ha hecho de la belleza una industria millonaria, inflando en exceso las demandas de la hermosura. Todas quieren estar hiper buenas y el concurso ha fomentado las ansias de muchas por fabricarse un tafanario de concurso. Por supuesto existen también mujeres que no optan por esa alteración de sus organismos, pero prevalece en la mente de muchas, ese...

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