Una niña bien... mala / Sexo Urbano en el calor del hogar

AutorMilah

Hace varios meses me invitaron a participar en la nueva temporada de Sexo Urbano que se transmite cada año por HBO y, como ya les había platicado, al calor de aquella grabación y luego de haber contado con una alberca y un jardín para el cachondeo, una cosa llevó a la otra y terminé teniendo la mejor experiencia detrás de las cámaras con quienes ahí se encontraban ese día, aunque al regresar todos a sus respectivos países, nunca más volvimos a vernos.

Sin embargo, al menos a mí, me dio para seguir fantaseando un buen rato más y pasé meses enteros esperando ver el dichoso programa ya editado por televisión y por más que insistía con la productora para saber cuándo se transmitiría, nadie tenía claros los tiempos, así que dejé de presionar y al fin me relajé.

¡Cuál va siendo mi sorpresa la semana pasada al estar en un evento y comenzar a recibir mensajes diciéndome que me estaban viendo al fin por HBO!

Miles de recuerdos me invadieron y por supuesto me di a la tarea de programarme para darme un espacio y poder verme en plena acción, así que organicé una pequeña reunión con un par de amigos y sintonizamos el canal justo a la media noche el viernes pasado para al fin constatar aquello.

El programa comenzó bastante fresón, pero conforme mi historia se iba desarrollando, tanto el contenido como las imágenes iban subiendo de tono poco a poco hasta a tenernos a los tres en esa sala con la excitación a tope.

-Solo de verte en acción ya me estoy calentando Milah.

Uno de mis mejores amigos apenas acababa de pronunciar aquello, cuando su novia me jaló, me besó y tan solo le dijo en secreto a su galán que lo esperaba en el cuarto de al lado.

¡Ya se imaginarán la cara con la que me dejó todo aquello!

Y por supuesto, también me quedé con la calentura cortada a la mitad. Me puse a buscar una víctima por Twitter y, aunque todos creerían que es muy fácil sonsacar a alguien para tener sexo casual, tardé un par de horas en convencer a un fiel seguidor de verme justo en ese instante y donde yo le había propuesto.

Para mi fortuna, aquel individuo no tardó y todavía me agarró viendo el final de aquel capítulo que de verdad logró tenerme al borde de la lujuria, así que apenas cruzó la puerta, lo recibí con un tierno beso y mientras lo hacía pasar iba quitando cada una de las prendas que cubrían mi cuerpo. Se quedó atónito.

-¡Todavía no me creo que soy parte de tus locuras!

Y sin más, aquél hombre se abalanzó, me tiró sobre un tapete y se sentó sobre mí dejándome...

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