Ahogado de la risa

AutorPez Globo

Para los regios que andan de paseo por estos rumbos de la Capital, unos chistecitos por su fama de ahorradores.

En un hogar de regiomontanos, en una noche de tempestuosa lluvia llena de rayos y relámpagos la mujer le aconseja al marido:

- Oye querido, ¿por qué no enciendes la luz para que leas el periódico?

Y el señor contesta:

-¿Para qué?, en cada relámpago leo un poquito.

El ladrón asalta a una regiomontana, poniéndole la pistola en el pecho y le dice:

- ¡La bolsa o la vida!

Y el regiomontano contesta:

- La vida hijo... y déjame el dinero, porque quiero conservarlo para mi vejez.

Es fama que los regiomontanos usan siempre relojes de las mejores marcas; pero nunca le dan vuelta, para no gastar el tiempo.

¿A qué no saben por qué en Monterrey, los novios el día de su boda nunca salen por la puerta del frente de la casa, sino por la parte del corral?

Porque así, el arroz que les arrojan lo aprovechan las gallinas.

Los regiomontanos nunca van a confesarse, porque si lo hicieren, se quitarían un peso de encima.

Un regio que le ha prometido a su hija un viaje en avioneta como regalo de cumpleaños y está negociando con un piloto acrobático:

- ¿Cuánto me cobra por dar un paseo de una hora?

- Quinientos pesos.

- Eso es mucho dinero. ¿Y si sólo es media hora?

- Por media hora, doscientos cincuenta.

- Chin, doscientos cincuenta. ¿No tiene nada más barato?

- Pues mire, podemos hacer un trato. Si usted se sube a la avioneta y es capaz de estar completamente callado durante todo el...

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