Ahogado de la risa

AutorPez Globo

Los hombres son como los burros: necios, peludos y... para homenajearlos a ambos, van los chistes de hoy.

Un burro muere frente a una iglesia. Como una semana después el cuerpo seguía allí, el Padre se decidió llamar al jefe de policía.

-Sargento, tengo un burro muerto hace una semana frente a la iglesia. ¿No piensa venir a recoger al animal?

El uniformado, quien no congeniaba con sacerdote pues era la época de la guerra cristera, le respondió:

-Para comenzar no soy sargento, sino subteniente. Además padre, ¿no es el Señor quien tiene la obligación de cuidar de los muertos?

-Así es -contesta el Padre- pero también es mi obligación avisar a los parientes.

Juan tenía un burro muy triste, y no sabía cómo hacerlo reír. Entonces publicó un anuncio en el periódico:

Pago 2 mil pesos al que haga reír a mi burro.

Al día siguiente sólo se presentó un hombre, chaparro y sin gracia alguna.

-¿Vienes a hacer reír a mi burro?

-Sí, siempre y cuando me pagues en efectivo.

-Si lo logras aquí mismo te doy los 2 mil.

El enano entra en la habitación donde se encontraba el burrito y sale pocos minutos después. El animal no paraba de reír a carcajadas. El dueño pagó, pero dos semanas después ya estaba harto del escándalo del burro.

¡Pago 2 mil pesos al que calle a mi burro!

De nuevo el único que acudió por el anuncio fue el hombre chaparro y sin...

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