Ahogado de la risa

AutorPez Globo

Un día cualquiera en el restaurante del Camarón Ah Rima, donde mi amiga Gi trabaja como Hostess:

Un comensal al que le acaban de servir la sopa, solicita:

-¡Mesero, mesero!, venga por favor un momento.

-¿En qué le puedo ayudar, señor?-, externa solícito el camarero.

-Pruebe la sopa-, solicita el cliente.

-¿Acaso hay una mosca en la sopa, señor?, se la podemos cambiar.

-No, nada de eso, pruebe la sopa.

-¿Acaso tiene un cabello, señor?.

-¡Ah, qué la canción! Nada de eso, pruebe la sopa.

-¿Está fría la sopa?, no se preocupe que se la podemos calentar.

-¡Qué pruebes la sopa, cabrón!-, dice el comensal con evidente molestia.

-De acuerdo, entonces probaré la sopa... ¡ah, caray!... ¿y la cuchara?

-¡Exacto, cabrón!, ¿dónde está la puta cuchara?

-Ahorita se la traigo (culero).

-¿Qué dijo?

-Nada, señor, que ya vengo.

Un comensal ansioso llama:

-¡Hey, Camarero!

-Dígame, señor, ¿qué se le ofrece?

-¿Y tú, ves el vaso medio lleno o medio vacío?

Luego de divagar un poco, el mesero reacciona:

-¡Ah, chinga!, ¿cuál vaso, señor?

-¡Exacto, cabrón!, ¿dónde está el vaso de agua de jamaica que te pedí?

Uno de los clientes en el restaurante llama:

-¡Mesero, mesero!, tráigame la mejor botella de champaña del bar, que quiero tomarme una selfie y publicar la historia en Instagram.

El mesero hace lo propio y luego el comensal completa...

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