Una carne carroñera

AutorElthon García

TECÁMAC.- Una calle solitaria y de terracería fue utilizada para abandonar los restos de un cadáver cercenado.

Las partes humanas estaban ocultas en bolsas de plástico y sellados con cinturones de plástico.

De acuerdo con las indagatorias, uno de los envoltorios contenía el torso de un hombre con la cabeza desprendida y con un tatuaje con forma de un sol en la espalda.

En otro había una pierna izquierda, desde el pie hasta la altura de la rodilla.

Una tercera bolsa estaba rota y vacía, pero tenía rastros de sangre, por lo que las autoridades estiman que también guardaba más restos.

Según reportes de las autoridades, el hallazgo ocurrió alrededor de las 9:00 horas del miércoles sobre calle Baja California, entre Mármol y Esmeraldas, donde vecinos observaron a varios perros que hurgaban los envoltorios.

Aunque a unos metros se ubica un tiradero clandestino y es común ver montículos y bultos de residuos, a los colonos les llamó la atención la dimensión de la...

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