Estuvo en casa (II)

AutorMETRO / STAFF

Sin evidencias de un asesinato, Lisette fue liberada del arraigo.

Con los padres y nanas arraigados, la casa fue para los peritos en criminalística que repasaron una y otra vez las pocas pistas que tenían para localizar a Paulette.

Revisaron su dormitorio, el de sus padres, el de la hermana, el sitio donde dormían las nanas, la sala el comedor, todo. Revisaron de nueva cuenta los videos de vigilancia en el complejo de departamentos, el de las cámaras en las calles cercanas.

De esta manera fue que a nueve días de la desaparición Paulette fue localizada. Nunca salió de casa.

Su cuerpo fue encontrado en su propia recámara, entre el colchón y la estructura de madera de la cama que se mandó a fabricar con un carpintero conocido de la familia Gebara.

"El descubrimiento se dio en la habitación de la propia Paulette, al pie de su cama, precisamente entre el colchón y la estructura del mueble que lo sostiene y cubierta por las sábanas y colcha de la misma", explicó el Procurador Bazbaz.

Estuvo ahí, en la cama donde Lisette, su mamá, dio varias entrevistas, ahí donde Amanda, amiga de Lisette durmió durante los días posteriores a la desaparición de la pequeña.

Durante su estancia, dijo Amanda, peritos ingresaron al cuarto de la niña y lo revisaron, incluso rociaron polvo de color negro para extraer huellas dactilares sin que tampoco se percataran del cuerpo de la menor.

"Cuando me dormí ahí esos días, no destendía por completo la cama. Al levantarme por las prisas yo sólo la estiré y la acomodé, sólo jalé las cobijas, es lo que hice, por la noche me metía a las sábanas, como lo hacemos normalmente, sin percatarme de nada extraño", comentó.

El cuarto de Paulette fue utilizado por la familia para aislarse de las investigaciones, por los peritos para buscar indicios, por la Unidad Canina que buscaba algún rastro.

"Yo dormí en ese cuarto el martes, miércoles y jueves; en la cama da Paulette porque había mucha gente en la casa, familia y demás. No percibí ningún olor extraño, no percibí ningún bulto, no tuve ninguna sensación de nada extraño.

"No fui la única, hubo muchas personas: desde las autoridades, familia, los medios, la gente de fundaciones de niños robados, nadie notó nada", explicó Amanda.

Nadie, ni policía, ni peritos, ni los padres, ni las nanas, ni la sociedad daban crédito al hallazgo del cuerpo y así comenzaron las las hipótesis conspirativas.

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