Un chico rayado

AutorÉdgar Contreras

MOSCÚ.- Mauricio Tamayo no sólo fue uno más de los mexicanos que vibró con el gol de Hirving Lozano a Alemania, sino que lo vio a unos metros, a ras de cancha, como si fuera un futbolista más.

Él es uno de los dos voluntarios mexicanos en el Estadio Luzhniki. La FIFA lo asignó al área de operaciones en cancha. Participó en la ceremonia de inauguración y ahora ya se alista para la clausura.

Y pensar que hace mes y medio él no estaba en los planes de la FIFA para este Mundial.

"Primero me mandaron al equipo de reserva, sólo entras si alguien se sale. Ahí me desilusioné un poco. Después como dos semanas antes del Mundial me dijeron que...

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