Comedia política / De mujeres y política

AutorDan T.

Resulta que un día Dios se cansa de las tonterías de los seres humanos y, ¡pum!, decide acabar con el mundo y volver a empezar. Pero, bueno, tampoco se trataba de mandar a todo el mundo al carajo, así que manda a llamar a todas las personas al cielo. Pero, pues, eran tantos los que iban llegando, que decide separarlos. Se lleva aparte a los hombres y les dice:

-Hagan dos filas: en una se forman los hombres que dominaron a sus esposas y en la otra todos aquellos hombre que fueron dominados por ellas. Los mandilones, pues.

Se comienzan a acomodar y resulta que la fila de los mandilones es larguíiisima: kilómetros y kilómetros de hombres formados en el cielo. Dios se sorprende de ver en qué derivó el experimento de Adán y Eva. Resignado, voltea a ver la otra fila y, para su sorpresa, en ella está formado un solo hombre.

-¿Y tú quién eres?

-Soy Memo, de Puebla.

-¡No puedo creerlo! Los hombres se sienten los dueños del universo, creen que todo lo controlan y resulta que todos, excepto tú, se dejan dominar por sus mujeres. ¡Aprendan de este hombre! A ver, Memo, cuéntales a todos hijo, cómo conseguiste dominar a tu mujer y ser el único en esta fila...

-Mira, Señor, la verdad es que mi mujer fue la que me dijo que me formara aquí.

¿Qué pasaría si los candidatos presidenciales le hicieran caso a las mujeres que los rodean? Por ejemplo, Tatiana Clouthier podría explicarle a Andrés Manuel el difícil arte de debatir, convencer y no enojarse. Porque, híjole, cada vez que abre su tabasqueña boca, a su equipo le tiemblan las piernas porque creen que va a salir con alguna barbaridad que lo haga desmadrarse en las encuestas. Ya ven que ayer, por ejemplo, se le ocurrió acusar a la cadena Cinépolis de ser parte de la mafia del poder y que iban a dar en sus salas una "serie" el populismo que, ¡complot, complot!, era parte de un plan en su contra. Lo peor no es eso, sino que Cinépolis salió a decir que no sólo no tiene planes de exhibir tal cinta, sino que ni siquiera la conoce, ni tiene la menor idea de qué...

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