Entregas en caliente / Hologramas

AutorGuillermo Hérdez

-¡Corte! -grita Rebeca a mitad de la filmación.

Los actores se detienen. Todos menos Ricky. Las cosas han salido a la perfección. La película porno que está filmando es la mejor de su carrera. A ello ha contribuido Ricky, por supuesto. Sin duda podría hacer una gran carrera dentro de la industria, ha pensado varias veces Rebeca. Sobre todo, tras verlo follar de manera interminable con una, dos o hasta tres hawaiianas que no pueden seguirle el ritmo. Por las noches, cuando los rodajes han terminado, Rebeca se confiesa a sí misma lo mucho que desea a Ricky. Follar una sola vez con él es una consigna que la atormenta: es el hombre de su amiga y no la va a traicionar. De hecho, están en Hawaii justo para rescatarla.

El plan ha salido a la perfección: con el pretexto de la película porno, se han acercado hasta el refugio donde los hombres de Rebeca descubrieron que está presa Natasha. Mejor aún, a Ricky no le ha avisado de esa parte del plan, por lo que él cree verdaderamente que ha sido capturado por una tribu de hermosas mujeres con faldas de tiritas que, ante el menor de los pretextos, se entregan a la pasión. Una de las tomas mejor logradas de la película es cuando Ricky decidió "deshojar" una de esas faldas. Lo hizo con calma, arrancando una a una las tiritas. Primero aparecieron unas piernas gloriosas, la confirmación de lo que ya se intuía con los movimientos de cadera. Luego una vagina bien depilada. Cuando ya sólo quedaban tres tiritas, Ricky la acostó de lado y la penetró en la consabida posición de la cucharita.

Dejando la película de lado, el plan se desarrollará a media mañana. Si Rebeca mantuvo a Ricky medio drogado fue para que no pudiera interferir.

Ella y sus...

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