Ivaginaria / 'Y ahora ¿cómo van a aflojar?'

AutorElia Martínez-Rodarte

Con su carita llena de interrogantes machistas, un batillo me preguntó que como ahora "todo parece acoso", ya no pueden pedirles las nalgas a una morra, expresión elegante a como lo dijo en el taller. Pero bueno, trato de enseñar en libertad de expresión y democracia, además todos decimos "coger" para hablar de las relaciones sexuales. Sin embargo el machismo es otra cosa.

Yo le dije que usara una fórmula infalible para esos casos: cuando le digan no o se alejen de él con cara de asco, miedo, inseguridad, temor, preocupación o angustia, debe de alejarse de esa persona. Ahora "todo parece acoso", pero sabemos muy bien mis queridos falozuelos, que es una barra que ustedes mismos se quieren inventar para quejarse por esa nueva pared, que antes era invisible para ustedes.

Otro chico me dijo que entonces ahora las mujeres debieran revertir "su papel" y ser ellas las que iniciaran las relaciones, para que no se quejaran de acoso cuando ellos intentaban ligárselas. Pero les pregunté: ¿y si ustedes no quieren?, ¿qué harían? Entonces se armó el desverije en el que salieron muchos machistillos a reclamar el sagrado sitio de sus masculinidades; las morras a que, qué hueva tener que cantársela a los morros, que ahora ellos se iban a dar más su taco porque los anduvieran cromando; y nadie atinó a pensar en que, cada quien decide con quien se rola, liga, faja, manosea, se fornicia o se ayunta, porque la educación sexual de la que estamos hablando, se trata de tomar decisiones responsables sobre nuestra reproductividad, género, erotismo y con quien nos vinculamos afectivamente. Cuidando nuestro cuerpo.

Los batos se quejan de que no se pueden acercar a las muchachas porque pueden verse acosadores, insistentes, violentadores de espacios y hasta violentos. Es en el espejo de las aproximaciones en las que ellos deberían de verse y aceptar que ya no pueden transgredir en el cuerpo de las mujeres. Ha poco que estaba en un taller en un centro de trabajo sexual, un hombre igualado pasa a la sala y toca a una de las chicas, en un muslo. Eso es acoso. Eso es estigmatizar y también violar el espacio de una persona. Las mujeres no están para ser tocadas por quien...

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