Ivaginaria / Jineteras

AutorElia Martínez-Rodarte

La palabra "jinetera" pertenece a la vieja Cuba. La que creó Fidel Castro y que ojalá muera con el comandante, en la noticia más tremenda de la semana y que cierra un capítulo de las más importantes tramas del siglo 20. Las jineteras son las "putas" y una de las razones que impulsaron el turismo sexual en la isla.

Las jineteras son una tribu de mujeres que salieron a la luz pública y al trabajo sexual con el régimen castrista cubano y son la realidad de las calles habaneras. Son las prostitutas que empezaron a multiplicarse durante el régimen dictatorial, grupo que abarca a hombres y transexuales, ya que el jineterismo es la forma más viable de agregarse un ingreso extra en la isla para ciertas personas.

No quiero hablar mal de los muertos, porque muertos están y sin defensa, pero Cuba tuvo una de las peores circunstancias económicas con Castro y ello obligó a mucha banda cubana a dedicarse al trabajo sexual.

No es una crítica, no es una señalización y tampoco estoy vilipendiando a nadie. Siempre que estuve en Cuba antes de que muriera Castro, el servicio sexual estaba a la orden del día y para mí siempre resultó algo ofensivo y doloroso.

Pero también Cuba ha sido un referente de la sexualidad y sexosidad de las personas en nuestro continente.

La primera mujer con quien traté en La Habana era una mujer de la "vida galante" habanera, muy concurrida y solicitada, debido a sus enormes nalgas y a su escote de la cola, literalmente, por 30 dólares ella hacía de todo y se especializaba en señores grandes, para los cuales ella tenía una paciencia especial.

También fui amiga de otra señora que en las mañanas vendía pizzas en un puesto y por las tardes ofrecía sus servicios sexuales en el malecón, siendo muy popular además porque era buena bailadora, lo que le servía mucho en la avenida Obispo, en donde están la mayoría de los antros para turistas en centro de La Habana.

Otra de las chicas cubanas que andaba en el jineterismo, me contó que se había metido al negocio contra la opinión de su novia, con quien hizo un trato: una de las dos se iba a dedicar al trabajo sexual y la otra se debía de tragar el asunto, porque de algo había qué vivir.

El trabajo sexual no era la opción de muchas, pero ante muchas circunstancias económicas que les impedían...

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