Ivaginaria / Y, ¿a Mariano quién le pega?

AutorElia Martínez-Rodarte

Se han fijado que cuando hay un caso de infidelidad, en especial cuando es el bato, siempre lo perdonan y las morras son las que se agarran, por lo general por un tipillo bastante promedio que ni vive lejos. Pues sigue siendo un escándalo de proporciones ejidales la golpiza que le puso una cuarentañera, Natasha Villarreal a una maestra del colegio Montessori de Monclova, de menos de 30, por acostarse con Mariano Flores, el infiel.

El chisme que me han contado amigas coahuilenses está al tope, porque el círculo social de gente bien en Monclova, es más apretado que nuestro culo durante los últimos minutos del partido de México contra Alemania del fin de semana pasado. Natasha fue a golpear a la maestra y la dejó para la basura. Después del ataque, tanto Natasha como Mariano, continuaron con sus actividades normales, al grado de que la pegona intentó hacerse la occisa. Salían en pareja, departían como si nada y mientras tanto, todo mundo sabía que Natasha había acudido al domicilio de la profesora para atacarla. Ésta ha quedado en libertad y no se le ha consignado por el delito de intento de homicidio. Ni siquiera fue castigada o multada o sancionada por las agresiones, y sólo se le retiró su pasaporte y visa para que no se pele.

¿Por qué nunca se castiga al infiel?, ¿por qué la boxeadora Natasha no le pegó a él?, y la pregunta de los mil millones de euros es: ¿por qué sigue con él? Ese bato ya debe de tener centrada a otra profe o a cualquier otra entidad que le haga jalón. Incluso, no dudo de que alguna de las amigas de Natasha se haya emocionado con la idea de tirarse a ese tipo.

Las infidelidades en ciertos ámbitos sociales son de lo más común, pero poc@s son los que s divorcian porque el estatus, no debe perderse. Imagínense siendo una natasha gordita que nunca halla novio de varo, entonces conoce a un bato pobre, pero bien jalador y de argumentos convincentes, que casa bien y logra una posición económica holgada, gracias a las relaciones de su morra "acomodada".

Para muchas mujeres, trabajar por conseguir un bato, un estatus, la casa, el carro, los tres hijit@s, la membresía en un club deportivo sobrevaluado y de rancho, puede ser una de las...

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