Ivaginaria / Masacre gringa en Monterrey

AutorElia Martínez-Rodarte

Monterrey es una de mis ciudades y el miércoles por la mañana la gente regiomontana estaba pasmada porque un adolescente realizó un tiroteo en su salón de clases. Luego se disparó a sí mismo. Murió el menor y las otras víctimas siguen graves. A menos de una hora de la tragedia, en las redes sociales circulaban las fotografías del rostro de un adolescente muerto con la masa encefálica expuesta, lo cual sin duda fue una imagen obtenida antes de que llegara la policía.

Después de ese suceso, ahora sólo hay caos y confusión en el país. Algo de nosotros se murió también con esa pobre criatura que se quitó la vida e hirió a sus compañer@s y maestra en un desquicio. "La ciudad crece en crímenes...", dice Pedro de Isla, autor regiomontano de "Los andamiajes del miedo", otro de los crímenes históricos regiomontanos de la era moderna de la urbe norteña.

Perdimos un poco la inocencia, de esa que nos jactábamos mientras veíamos las masacres gringas en los salones de clases. Era algo lejano que mirábamos tras la barda, pero cercanísimo, debido a la compulsión regiomontana por casi todo lo estadounidense, incluidos los quesos falsos y el dólar sobrepreciado.

Con este suceso tremendo salieron a la luz una enorme cantidad de peritos en psicología y depresiones, en balística y armas de fuego y expertos en crianza: a cada dos cuadras se asomaba algún piadoso exigiendo orejas para los adolescentes y otra de más allá, solicitaba abrazos para las criaturas. Los muchach@s de esta época son iguales a cualquier otra generación que haya pasado por la adolescencia y deben ser considerad@s asegún la etapa que están viviendo. Son seres especiales y en crecimiento y este hecho que marcha definitoriamente a su generación, debe ser motivo de debate en casa y un caso singular que determinará una relación importante: la de las instituciones con los jóvenes adolescentes.

Lo inverosímil del asunto es que ningún adolescente con quien he comentado el asunto considera descabellado que alguien abra fuego hacia otro. En las redes sociales, los nerds del pasado y los oprimidos de otras eras, confiesan que es un sentimiento liberador el de la venganza hacia los maltratadores. Es un signo de patologías muy serias el hecho de desear vengarse con masacres y tiroteos...

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