Nosotros los jotos / Mi Venida del Señor

AutorAntonio Bertrán

El jueves que la iglesia católica conmemoró la última cena de Jesús, mi familia organizó una comida. Como lo hizo al cinco para las doce, yo no pude asistir pues ya tenía el compromiso de compartir el pan y el vino con mi querido amigo Fabián Cháirez.

En realidad lo que compartimos con unas cervezas fue algo menos eucarístico: el menú de un restaurante en el Barrio Chino de la Ciudad de México, que resultó regular, con un servicio lento dado el santo apendejamiento del personal que se ve obligado a trabajar en la llamada Semana Mayor.

Eso a mí no me importó porque siempre disfruto ver a Fabián y platicar de lo que chismean las ssshavas: amores y los calibres de sus brocas; que si la comadre ya subió de peso; que es angustiante no saber por quién votar; que si la actriz Rossy de Palma es un encanto y se retrató con ella ahora que vino a México; que la exposición tal, el libro fulano y mucha jotería más.

Ya te he compartido, querido lector, que mi joven y chiapaneco cuatote (mide casi dos metros) es artista plástico, además de todo un maestro para draguearse o transformarse con maquillaje, vestuario y pelucas fabulosas en un personaje femenino y barbado: María Magdalena (más jubiloso que la heroína bíblica).

Después del buen café que tomamos en un negocio atendido por un morenazo que me despertó una divina pasión, Fabián me invitó, como suele hacer cuando nos vemos, al céntrico departamento donde está su estudio. Ese privilegio me ha permitido admirar su obra en progreso, desde los varios bocetos que realiza hasta su culminación al óleo.

Así fue como atestigüé, unas semanas atrás, el desarrollo de "La venida del Señor", que realizó por encargo de un popular antro gay, La Purísima. Me impactó la idea que propuso Fabián y que de inmediato fue aceptada por su cliente: dos guapos y jóvenes cardenales, prendidos al cirio pascual flameante, que en éxtasis místico se deleitan en una comunión de cera chorreante.

En un obvio nivel de lectura, la imagen que hoy ves aquí tiene una referencia fálica y beatífica sexual, pero en otro plano de significado más depurado, Fabián está haciendo una crítica a las relaciones carnales que, en el mejor de los casos porque son consensuadas y entre personas adultas, ocurren muchas veces entre cofrades de monasterio traicionando su voto de castidad o, de manera criminal, son perpetradas con niñas y niños por ciertos sacerdotes.

El fin de semana, el autor compartió "La venida del Señor" en sus redes sociales para desear...

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