Un show escapista (II)

AutorMETRO / STAFF

Tras seguirle la pista y luego de casi dos años de violar y asesinar mujeres, César Armando Librado Legorreta, El Coqueto, fue detenido el 23 de febrero del 2012 por agentes de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) en su domicilio ubicado en el Municipio Tlalnepantla, en donde localizaron pertenencias de sus víctimas que daba como regalo a su esposa.

Sin embargo, el chofer de microbús fue capturado sin aval judicial, lo cual impide el Código de Procedimientos Penales del Estado de México, salvo en flagrancia o en el denominado "caso urgente".

Si es en esta última modalidad, el acusado debe ser presentado ante el Ministerio Público para que se abra una carpeta de investigación y con la misma prontitud debe ponerse a disposición de un Juez de Control, para que determine la legalidad de la detención, lo cual no ocurrió.

Tras varios días, el 27 de febrero, El Coqueto se les fugó a los agentes ministeriales que lo custodiaban: Luis Alberto Cañedo Chaparro, quien fue remitido a la Fiscalía de Delitos Cometidos por Corporaciones Policiales; además de Saúl Antonio Sánchez Ortega y Rodrigo Israel Rodríguez Hernández, quienes escaparon y luego se entregaron para resolver su situación jurídica por evasión de reo, lo cual no es un delito grave, por lo que concluyeron su proceso en libertad.

En tanto, dos días después, en Toluca, el entonces Gobernador Eruviel Ávila cesó al encargado de la Comisaría de la Policía Ministerial mexiquense, Enrique Domínguez Abasolo, por la fuga de El Coqueto, para facilitar las investigaciones del caso.

El feminicida no sólo burló la custodia de los tres agentes ministeriales, sino que puso en evidencia las fallas del sistema de seguridad del edificio de la Subprocuraduría de Justicia de Tlalnepantla, de donde escapó.

Según la versión de Alfredo Castillo, entonces titular de la PGJEM, El Coqueto esperó a que los ministeriales se quedaran dormidos, lo que ocurrió entre las 2:00 y las 3:00 de la madrugada.

"Logró quitarse la esposa de la mano, siguió con las que lo sujetaban de los pies, para lo cual se subió el pantalón, se quitó los calcetines y zapatos y dobló los pies en forma de punta hasta lograrlo.

"Acto seguido, utilizó cables de computadora y teléfonos para improvisar una cuerda para poder descender, salió por la ventana hasta que logró estar de frente a ella por fuera", explicó Castillo.

No obstante, el plan falló, los cables se rompieron y cayó desde el tercer piso del edificio.

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