'Era sólo un susto' (III)

AutorMETRO / STAFF

Todo se salió de control. Fue lo que declararon los primeros cinco detenidos a unos días del ataque al Casino Royale.

Los sujetos aseguraron a las autoridades que pretendían amedrentar al dueño del negocio, pero que el incendio que causaron se les salió de control.

Los cabecillas del grupo ya estaban enterados de que había decenas de muertos en la casa de apuestas, pese a que la orden había sido que primero desalojaran a los clientes y luego destruyeran a batazos las máquinas y las quemaran.

Esto desató una serie de reclamos entre los implicados que los llevó a la ruptura, desconfianza y traiciones que derivaron en su captura.

Luis Carlos Carrazco, El Chihuas, de 25 años; Javier Alonso Martínez, El Javo, de 37, y Jonathan Jahir Reyna Gutiérrez, de 18, son tres de los detenidos que la Procuraduría estatal capturó como responsables del atentado.

Con ellos cayeron Juan Ángel Leal, El Casillas, de 20 años, y Julio Tadeo Berrones, El Julio Rayas, de 28.

La captura se logró gracias a la toma de huellas dactilares y la revisión de videos que permitieron identificarlos cuando el comando se detuvo en una gasolinera para llenar los recipientes con los que rociaron el Casino.

Una fuente estatal reveló que, en su confesión, los sospechosos indicaron que el atentado habría sido por un "cobro de piso" para un grupo de Los Zetas, pero argumentaron que no querían asesinar a los clientes.

"Ellos iban a dar un escarmiento al del casino y se les pasó la mano", señaló una fuente del Gobierno del Estado citando a los detenidos.

"No querían matar gente, pero no calcularon lo que hicieron, pues fue mucha gasolina la que usaron".

Para ese momento las autoridades alistaban otras capturas y había indicios del autor intelectual.

Tiempo después se sabría que mientras el fuego lo devoraba todo en el Casino Royale y el humo oscuro crecía sobre esa zona de Monterrey, los asesinos discutían atrás de la Juguetería Julio Cepeda -a un kilómetro del lugar de la masacre- sobre la desproporción del ataque, y el propietario del casino, Raúl Rocha Cantú, contemplaba desde un auto la tragedia.

Tras el incendio el nombre del concesionario o dueño del casino todo era un enredo.

Y es que mientras el entonces Secretario de Gobernación, Francisco Blake, y el Alcalde de Monterrey, Fernando Larrazábal, aseguraron que Atracciones y Emociones Vallarta era la titular del permiso, esa empresa se deslindó de la operación del casino.

Finalmente, las autoridades estatales y federales...

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