Zona submetropolitana / Violencia y elecciones

AutorHector Castillo Berthier

Las elecciones de mañana 7 de julio, en 14 entidades de la República, son singulares y representativas de nuestro momento actual.

Ya no sólo se trata de una "apertura democrática", ni de un "juego equilibrado", ni de dar paso a la "representatividad popular".

En realidad lo que parece estar en juego son las complicidades, los arreglos, los negocios turbios, las mañas de los mañosos, los juegos de poder y la demostración de quién está verdaderamente al mando de este barco en proceso de hundimiento.

Mañana quizá se trate de una de las elecciones más violentas que hayamos tenido en el país, asunto que debería de preocuparnos mucho.

Como dato histórico tenemos lo que se vivió en las elecciones de 1939 que, hasta ahora, habían sido consideradas de "las más violentas" en nuestra historia.

Cuando en 1939 fue postulado como candidato a la presidencia de México, el general Manuel Ávila Camacho, conocido también como "el presidente caballero", había una palpable disidencia encabezada por dos antiguos generales.

Uno, el general Francisco J. Mújica, ex colaborador directo del general Lázaro Cárdenas y otro, el general Juan Andrew Almazán, terrateniente, magnate de la construcción, minero y ex secretario de Comunicaciones y Obras Públicas.

El periodista Francisco Naranjo, lo describe así en su artículo "Los Millonarios de la Revolución": "...don Juan Andrew Almazán es de los hombres más ricos de esta nación donde abundan los pobres" (Diario de Yucatán, 31/VII/ 1948).

Años más tarde, el mismo Almazán respondería a este comentario que quedó así en la opinión pública: "Entre los miles de millonarios mexicanos yo soy de las infanterías, casi un proletario" (El Universal, 23/XI/1952).

Finalmente los candidatos fueron: Ávila Camacho PRM (Partido de la Revolución Mexicana, que es el papá del PRI) y Almazán, candidato del PAN, cuyo lema de campaña fue: "¿Quieres comer un pan?, vota por Almazán; ¿quieres comer solamente un cacho?, vota por Ávila Camacho".

El día de las elecciones, el 7 de julio de 1940 (hace 73 años), el PRM (el viejo PRI) realizó una demostración de poderío.

La CTM (Confederación de Trabajadores de México) organizó a todos sus miembros en el Distrito Federal en 12 secciones, que correspondían a los distritos electorales de la zona, con el fin de que se dirigieran en masa a las casillas donde tenían que votar.

Las armas del PRM fueron la intimidación, las amenazas y hasta las balas.

Según cálculos moderados, se estima que hubo 19 muertos y más...

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