'Último deseo': Sí regreso a las canchas (IV)

AutorMETRO / STAFF

Como delantero del América, el futbolista Salvador Cabañas vivía en la lujosa casa en El Pedregal, tenía chofer a la puerta, tres autos último modelo en su cochera y la billetera llena.

Luego de la discusión y agresión a balazos del 25 de enero de 2010, no pudo volver a jugar, perdió a su familia, dinero y bienes.

Días antes de que sufriera el atentado que puso en riesgo su vida, Cabañas ya había cerrado un acuerdo para jugar con el Sunderland de la Liga Premier.

El paraguayo, a través de su representante José María González y del empresario colombiano Rubén Caicedo, iba a ir al Sunderland a préstamo con una opción de compra de 10 millones de dólares para el América, pero el trámite se demoró, no viajó con su agente para hacerse los exámenes médicos y luego sufrió el disparo en la cabeza.

Debido a una cláusula en el contrato de Chava, el entonces presidente del Club América, Michel Bauer, había accedido a prestar al guaraní por un año por 2 millones de dólares, los cuales se descontarían de los 10 millones si el Sunderland hacía válida la compra en enero de 2011.

"Cabañas había colocado una cláusula que si el América no quedaba campeón el 2009 lo tenían que dejar salir en cuanto le llegara una oferta (del extranjero)", explicó entonces Caicedo, vía telefónica desde Inglaterra.

El acuerdo se retrasó porque América no había conseguido al sustituto de Salvador, pero era un hecho que el futbolista viajaría antes del 31 de enero de 2010, fecha límite de registros en el mercado europeo.

En febrero de 2014, el ex ídolo del América y de la Selección de Paraguay ayudaba a sus padres en la panadería de la familia para sobrevivir, tras haber perdido todo.

"Voy a salir adelante", dijo en una entrevista para AFP, sentado bajo la sombra de una planta de pomelos, frente al negocio prolongación de la modesta vivienda donde nació, en Itaguá, a 30 kilómetros de Asunción.

Admitió que estaba separado de su pareja, María Lorgia Alonso Mena, quien quedó a cargo de sus hijos, Santiago y Mía Ivonne, y que vivía en su lujosa mansión de Asunción valuada en alrededor de 5 millones de dólares.

También le atribuyó haberse apoderado de sus bienes durante su convalecencia, en complicidad con su representante y el abogado.

"A medida que pasa el tiempo me voy dando cuenta de muchas cosas", expresó Cabañas al aludir a manejos turbios de su ex representante y de su propia ex pareja.

"Hasta el abogado se vendió a ellos", dijo el ex futbolista.

El domingo 9 de octubre de 2016...

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