Vendetta tras vendetta (III)

AutorSantiago Vega

"Lo del Cardenal comenzó en la balacera del Christine (en Puerto Vallarta), cuando El Chapo fue tras Ramón Arellano y éste apenas logró escapar. Pero los del Chapo secuestraron al Tigrillo (Javier Arellano). Luego lo soltaron, porque no querían bronca con la familia, la bronca era con los traficantes".

Así describe Alejandro Hodoyán Palacios, el magnicidio que cimbró a México el 24 de mayo de 1993.

Hodoyán, en manos de personal bajo las órdenes del General Jesús Gutiérrez Rebollo, mostró las entrañas del Cártel de Tijuana.

"Y a raíz de esto fue lo del Cardenal. Eso me lo comentó a mí Emilio. La última versión de lo que dicen que pasó: a ellos les pasó información de la gente de la PGR que tenían comprada, trabajando con ellos, les pasó la información que iba a estar el Chapo ahí", continúa Hodoyán.

"Entonces al Chapo, sus contactos con la PGR, le dijeron que iba a estar Benjamín ahí, que iban a estar los Arellano en el aeropuerto, por eso ahora han averiguado que fue Amado Carrillo el que movió sus palancas en la PGR y que hizo llegar información a los agentes comprados de ambos bandos para que digan que van a estar aquí, para que coincidan los dos.

"Les tocó de suerte que estaba el Cardenal ahí. A mí me encomendaron que trajera gente de San Diego para ese operativo y yo le dije al CH, que fue el que se encargó de eso. Eso fue lo malo. La gente de Ramón no usa droga, ni nada, nada más toman cuando Ramón los deja tomar".

"Y los del CH, no. Son del otro lado, son locos, se inyectan heroína, cocaína, de todo le ponen, entonces en ese momento andaban pedos varios. No les enseñaron una foto ni les dijeron nada y aparentemente alguien los vio pasar.

"Y les dijo en qué carro iba (el Chapo), y se dejaron ir contra un carro y llegaron y era el Cardenal, entonces no sabían, eran de San Diego, eran más tontos, andaban drogados, andaban tontos, no sabían lo que hicieron. Esto me lo comentó Emilio".

"Por eso cuando ellos descubrieron esto y llegaron a su conclusión, fue cuando quisieron matar a Amado Carrillo en el Bali Hai".

El crimen de Posadas, con todas las acusaciones de complot y explicaciones del Gobierno que no dejaron satisfechas a nadie, representó un duro golpe para los Arellano Félix, quienes tuvieron que replegarse, pues todo mundo los buscaba.

Mario Rivas Souza, director del Servicio Médico Forense de Jalisco, también levantó polémica con sus declaraciones.

"Fueron disparos directísimos", dijo, pero luego ya no quiso...

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