Zona submetropolitana / Historia del futbol

AutorHéctor Castillo Berthier

La historia del futbol debe ser muy parecida a muchas otras.

Sin embargo, ese juego no deja de ser un termómetro social, anímico y político de lo que sucede en los países donde se juega.

Se dice que la noche del 26 de octubre de 1863, cinco capitanes de clubes deportivos escolares, firmaron un acuerdo que cambiaría para siempre la vida de la Gran Bretaña.

Crystal Palace, Kilburn, Crusaders, Kensington School y la War Office, se reunieron para escribir unas cuantas reglas, entre menos mejor, para tratar de terminar con el caos que se originaba cada vez que dos escuelas se enfrentaban con un balón de por medio, del tipo que fuera: "a veces redondo, otras ovoidal; algunos pateándolo, otros acarreándolo con las manos, cada cual con sus convenciones particulares".

Esta historia y varias más aparecen en el libro "La Isla del Futbol" (Editorial Épica, 2006), escrito por el colega Antonio Rosique y Rogelio Roa, sobre lo que ellos denominan "la industria del futbol británico".

Esa fecha, digámoslo así, es el día exacto cuando nace el futbol organizado y la mítica "Football Association".

"El futbol es un rito urbano. Su gran escenario es la ciudad. Aunque sus primeros hogares fueron las escuelas aristócratas de la Inglaterra del Siglo XIX, la dimensión gigantesca de este juego es producto de la Revolución Industrial y en particular de una batalla laboral ganada por la clase obrera. La historia del futbol cambió el día que los trabajadores ingleses conquistaron su derecho a descansar la tarde del sábado" (p.17).

O sea, que el marxismo había servido. "El ocio", era más bien un privilegio de las clases altas.

"De pronto, los traspatios de las textileras de Lancashire se convirtieron en proto-estadios donde la gente que venía hambrienta del campo a trabajar en las líneas de producción se encontró con una actividad apasionante en la que todos podían participar, ya fuera de forma activa como jugadores o como espectadores enfebrecidos al borde de la cancha" (p.18).

Y una vez tomado por la clase trabajadora, el futbol no dejó ningún territorio virgen y se expandió con rapidez al resto del continente.

Aunque su origen venía de escuelas de jóvenes ricos, muy pronto las fábricas, los barrios, las comunidades, se organizaron para entrar en competencia con quienes se encontraban del otro lado del río Támesis.

Pero ¡oh sorpresa!, esta expansión tardó solo unos 120 años hasta llegar a la parte más cara de Londres: The City.

Fue ahí que en 1983 cuando el Tottenham...

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