Zona submetropolitana / Prensa y confianza

Poco después del escándalo en la prensa inglesa, Jorge Ramos escribió: "Esto del periodismo es algo muy frágil; es una simple cuestión de confianza. Es algo religioso. Crees en un medio o no crees. Y si pierdes la confianza, nunca más la vuelves a recuperar" (Reforma, 24/VII/2011).

Los ejemplos de periodistas que han logrado trascender su vida laboral para fortalecer la confianza en la prensa (como Medio), no abundan pero existen en todo el mundo y han marcado las pautas de un camino a seguir para todos aquellos que buscan una mejor forma de entender "la verdad", antes que publicar una simple noticia.

Parece absurdo, pero ya dijimos aquí que la verdad y la noticia no significan la misma cosa.

La función social de "la noticia" es resaltar y poner la mira en un hecho o un evento determinado, cualquiera que este sea.

Por su parte, la función de "la verdad" es desentrañar una historia, para sacar a la luz los datos ocultos y verdaderos (los datos duros, como se les llama) y el periodista tiene (o debería tener) una sola función social: informar la verdad, sea cual sea.

Desgraciadamente en México esto no funciona así y la distancia que puede encontrarse entre una verdad y una noticia llega a ser abismal en muchos casos.

Pensemos en la Caravana Ciudadana por la Paz con Justicia y Dignidad, iniciada por el poeta Javier Sicilia quien, el pasado jueves, finalmente llegó al pleno de la Cámara de Diputados para exponer con claridad las demandas ciudadanas que reclaman, con justicia, que el Estado se posicione frente a los ya más de 50 mil muertos acumulados en la administración actual.

Ahí los diputados escucharon y tomaron nota de recibido, pero no dijeron cuándo ni cómo responderán a estas demandas. Esa es la verdad.

La noticia sería la parálisis burocrática de un Poder Legislativo dedicado a reproducir las formas tradicionales y corruptas de poder político, más que a atender las demandas ciudadanas.

Pero eso, más que noticia, parece un lugar común que ya todos sabemos y padecemos, sin que hayamos conseguido modificar nuestra lastimera realidad actual por la vías institucionales que tenemos a la mano.

¡Viva la democracia!... a la mexicana.

"LE DI UN FERRARI..."

Si a esta triste realidad le agregamos las puntadas y ocurrencias a que nos tienen acostumbrados los políticos, las verdades se transforman en chistes y las noticias se pierden en un mar de banalidades y dejan de tener un sentido social.

Escribe el maestro Froylán López Narváez sobre la...

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